Requiescat In Pacem, Blas.

Mi conejo Blas murió durante la madrugada de hoy. No sé qué sucedió. Comía normalmente, tomaba agua normalmente también y anoche todavía lo acaricié y me agradeció las caricias. Todas las noches, cuando le daba de comer, me exigía que lo acariciara un rato; pues si no lo hacía se ponía a patear su jaula y emitía unos sonidos chistosos, enojado. Aparentemente no estaba enfermo, al menos no presentaba ningún signo de enfermedad visible ni «se veía triste». Parece ser una extraña muerte súbita que realmente no entiendo. Su jaula la tapábamos por la parte de arriba para que no le diera frío. En fin, es una pérdida muy triste para mí. Creo que no volveré a tener conejos, al menos por un tiempo, aunque haya comprado una conejera bastante grande.

Ariel me dijo que él tenía conejos hace muchos años y que se morían en ocasiones por causas que no se explicaba del todo, que son animalitos muy delicados. Obviamente de todas mis mascotas es con quien menos «lazos de cariño» tenía, pero sí lo quería mucho. Me duele que haya muerto pero no me puse tan mal como cuando murió mi querida Lady Di (mi hamster).

Me sobreviven dos hamsters y las tres perritas.

Descansa en paz, Blas.