Suiza: Entre vacas, quesos, vino y pueblos fantasma.

Ésta es la última narración sobre el viaje a Europa, lo cual me llena de nostalgia pero a la vez me libera de la promesa que le hice a muchos de relatar (casi) todo lo que sucedió por allá. Empezaré, pues.

Después de regresar a París del viaje a Berlín, al estar caminando por las estaciones del metro parisino sentimos una familiaridad impresionante. Y es que, de cierta manera, nos sentimos alienados en Alemania pues fue un mundo totalmente nuevo para nosotros. No que París no lo fuera, pero tantos días que estuvimos ahí que empezamos a sentirnos ahí «como en casa», aunque sabíamos que en pocos días habríamos de dejar esa maravillosa ciudad por algún tiempo, al menos.

Apenas y nos dio tiempo de llegar a cenar algo, empacar ropa para cuatro días y dormirnos «temprano» pues al otro día partiríamos manejando (nosotros no, Patrick lo haría) hacia Suiza :D. Nos levantamos «temprano» la mañana del miércoles y partimos con entusiasmo. Yo iba de copiloto de Patrick y Ariel iba atrás. Pasamos a una gasolinera que está cerca del aeropuerto de Orly y nos pusimos en marcha. Recorrer la campiña francesa fue toda una experiencia, pues no habíamos salido de la ciudad de París, excepto cuando fuimos a Versalles pero estaba tan cerca que ni siquiera se sintió. Los campos franceses son hermosos y no sé si es por la época del año o porque así sea siempre pero no dejé de ver todo verde durante el recorrido completo. Había muchos viñedos por doquier y las vides me recordaron mi niñez, ya que en Baja California vivía en un lugar con clima mediterráneo en donde abundaban los olivos y las uvas. Durante el camino encontramos varios castillos de la región de borgoña y continuamos hacia el sureste, rumbo a Lyon aunque en algún punto (creo que en la desviación hacia Dijon) ya no seguimos por ese camino y enfilamos directamente rumbo a Gèneve.

Debo hacer un comentario de cultura general: Idiomáticamente, Suiza está dividida en tres regiones (que en realidad son cuatro, pero dada que la cuarta representa menos del 1% de la población ni la menciono) que a su vez hablan tres idiomas: el francés, el «suizo alemán» (que es parecido al alemán, pero no es igual y según lo que vimos, a veces es difícil si no es que imposible comunicarse entre la gente que habla dichos idiomas) y el italiano. Nosotros fuimos, naturalmente, a la parte «francesa» de Suiza por lo que prácticamente toda la comunicación que tuvimos ahí fue en dicho idioma. Aún así, la mayoría de productos que compramos tenía los ingredientes y leyendas escritos en los tres idiomas lo cual nos parecía chistoso. El francés sólo tiene pocas variaciones (mínimas, de hecho; como algunos números y otras pequeñeces) con respecto al que se habla en París, así que no hubo mayor problema. Continúo con el relato, pues.

El recorrido fue largo, de más de 600 kilómetros, pero valió la pena el pequeño desvío del camino (originalmente íbamos directo hacia Vevey) pues conocimos la ciudad de Gèneve (Ginebra) la cual si bien es turística nos empezó a dar una idea de cómo sería el resto de los lugares que veríamos en Suiza: mayoritariamente silencios y tranquilos, con bellos paisajes. En dicha ciudad, encontramos vacas pintadas con diferentes motivos por todas partes. Antes de alarmar a más de un lector, debo aclarar que no eran vacas reales, sino estatuas de vacas bella y extravagantemente decoradas que pusieron por toda la ciudad. Nos tomamos algunas fotos con tan peculiares ejemplares de decoración. Ahí fue en donde empezamos a notar la «vacamanía» que se siente en todas partes en donde estuvimos: tanto vacas reales (¡enormes y adorables!) como vacas decorativas se encuentran por doquier. Llegamos directamente a un parquecito (cuyo nombre no recuerdo) que se encuentra justo a las afueras de «la parte vieja de la ciudad», en donde pudimos ver una excelente exposición de fotografías llamada «La Terre Vue Du Ciel» y ahí nos entretuvimos un rato. Terminando de ver la exposición, procedimos a subir hacia la «parte vieja de la ciudad». Debo también aclarar que Gèneve no es una ciudad en donde, por tradición, sea la «capital bancaria» (ésta es Zurich) sí pudimos ver montones de bancos por doquier. Tuvimos la oportunidad de conocer otra (¡la última! :() catedral gótica, la cual es la Cathédrale Saint-Pierre y a un lado de ésta se encuentra el edificio en donde se fundó la Croix-Rouge que ahora es un museo también :). Ariel y yo estábamos alarmados pues durante todo el recorrido que he descrito hasta ahora habíamos visto a muy pocas (¡realmente muy pocas!) personas; parecía que estábamos visitando un pueblo fantasma y sólo aparecía uno que otro turista o habitante del lugar por aquí y por allá.

Ya que salimos de la «parte vieja de la ciudad», llegamos a calles más «modernas» y mucho más concurridas, en donde pudimos comprobar que no habíamos muerto y estábamos habitando una ciudad fantasma. Nos dirigimos entonces hacia lo más emblemático, probablemente, de Gèneve: el famosísimo Jet d’eau que es un chorro de agua que alcanza hasta 140 m. y que se está disparando continuamente. Nos acercamos hasta llegar al pie de éste y tomamos un montón de fotos de tan impresionante chorro artificial. Por ahí, en el Lac Léman había muchos cisnes aunque no eran tan amigables como pueden parecer en las fotos ;). Regresando a la ciudad vimos que había un campeonato mundial de Tchoukball y me declaro iCnorante (jeje) porque jamás en mi vida había escuchado siquiera hablar de dicho deporte y pues nos sentamos un rato a ver el partido entre Taiwán y Suiza (ganaron los Taiwaneses, CREO). Ya que íbamos de salida de Gèneve, nos sorprendió un bello arcoiris y nos apuramos a tomarnos un par de fotos con éste. Se podían distinguir perfectamente todos los colores y estaba completo por lo que fue un espectáculo único.

Dejamos atrás Gèneve y partimos hacia Vevey, que es en donde viven los papás de Patrick. Es un pueblito muy pequeño (aunque ahí a todos los pueblos les llaman «ciudad» jejeje) y conocimos primero el centro de éste para después llegar a la casa de los señores.

Quiero hacer un paréntesis en el relato para hablar de algo relevante al tema: mi mamá. Siempre que vamos de visita a casa de mis papás, mi mamá insiste en darnos de comer todo lo que haya a la mano aunque justo hayamos terminado de comer y después insiste con preguntas tipo: «¿No quieres un chocolate?» «¿Un mango?» «¿Quieres cacahuates?». La idea es que todo el tiempo tiene (¡y ciertamente nos ofrece!) comida. Me da risa que antes, cuando Ariel apenas estaba conociendo a mi familia, por cortesía le decía a todo que sí y pues obviamente ya no podía con todo lo que le daban. Pues bien, el paréntesis fue relevante porque la mamá de Patrick es igual, y realmente me sentí «como en casa» con sus papás; la mamá cocinando delicias y queriéndonos dar comida a todas horas, y el papá súper amable ofreciéndonos vinos y demás bebidas. Los señores sólo hablan francés, entonces tuvimos que hacer esfuerzo para mantener conversaciones cortas y a menudo confusas (como cuando Ariel quería un vaso, verre y la señora le dio una cerveza, bière)con ellos, pero los días que estuvimos ahí fueron realmente agradables.

El mal tiempo que inició dos días antes, en Berlín, se prolongó hasta el penúltimo día en que estuvimos en Europa, por lo que al otro día que llegamos a Suiza estaba nublado y lluvioso por lo que no pudimos hacer una excursión por los Alpes como habíamos planeado. En su lugar, a Frenchie se le ocurrió que fuéramos a Les Bains de Lavey, que es una especie de balneario/spa que se encuentra justo en las faldas de los Alpes, entre dos enormes cerros y que tiene enormes albercas, parcialmente al aire libre y parcialmente techadas con aguas termales. También cuenta con baños de vapor (hammam), baños turcos y hasta baños helados en una sección que se llama «nuit polar» que es un cuarto básicament lleno de hielo en donde te puedes meter después del sauna. La pasamos genial; nos sentíamos extraños con el frío de la lluvia en la cara y lo caliente de la alberca a la vez. Tomamos algunas fotos ahí dentro.

Regresando a casa de los papás de Patrick nos esperaba una sorpresa: invitaron a toda su familia (sus dos hermanos junto con la esposa e hijos del mayor) a comer ¡y qué comilona nos dimos! La convivencia fue amena e igual nos cayeron de lujo todos los familiares. Me encantó que Patrick tiene una familia muy alivianada, sin ninguna clase de complejos y con un trato totalmente cordial y ameno. La comida (sí, IngriS, después abundaré más en eso) consistió en un queso que fundían con un equipo especial y después servían en los platos de los comensales, a medida que iban saliendo las raciones. No, no era el famosísimo fondue sino alguna otra cosa cuyo nombre no recuerdo pero que le preguntaré a Patrick ;).

Al otro día fuimos a conocer los poblados cercanos a Vevey, y llegamos a Bulle, el cual realmente podría jurar que es un típico pueblo suizo, ¡pero de algún parque de diversiones! Las casas totalmente estilizadas, muy poca gente, y todo limpio y llanamente «muy bonito». Me imaginé de niño, recorriendo alguna sección de Disneyland o de Reino Aventura. Ahí hicimos varias cosas, pero rápidamente nos fuimos hacia nuestro destino de ese día: Gruyères. Sí; tal y como el nombre lo indica, aquí nació el queso gruyère y aún lo siguen preparando con una realmente exquisita sazón. Lo primero que hicimos fue entrar a La Maison du Gruyère que es un museo en donde te explica «la vaca Cereza» (por medio de un audioguía) todo el proceso de la fabricación del queso gruyère. Aprendí cosas muy interesantes, como el hecho de que el original queso gruyère NO tiene hoyitos (como el que nos dibujan en las caricaturas con los ratones), así como que también tiene varias decenas de sabores, que son las hierbas que la vaca come cuando está pastando. La audioguía tiene una voz de la vaca realmente hilarante y sólo atiné a recordar la voz de alguna actriz porno en un doblaje de película de esa misma naturaleza. Por favor: ¡No te pierdas este pequeño relato de la vaca! Sé que es algo largo, pero vale la pena; realmente te hace reír ;).

Saliendo del museo, fuimos cuesta arriba, hacia lo que es el publito, y nos encontramos con… ¡otro «pueblo fantasma»! Aparte de algunos turistas que vimos aquí y allá (tal vez era por la hora, no lo sé realmente) no había prácticamente nadie: ni habitantes, ni gente perdida ni nadie más. Vimos realmente a pocas personas aquí y allá pero tuvimos el pueblo para nosotros. En algún punto encontramos algo que no me imaginé que encontraríamos en un lugar así: Le Musée Giger, que es el museo del creador de «Alien» (no la película, sino los monos horribles) cuyas «obras» se basan todas en monos tipo dicha película, así como costillas humanas con fetos malformados y otras sutilezas de esa naturaleza. Realmente desagradable, pero supongo que habrá a quién le guste; Ariel se tomó algunas fotos ahí :P.

Continuamos conociendo el pueblito y llegamos hasta Le château, pero ya no pudimos entrar por la hora :(. De todas maneras nos dirigimos hacia las afueras del pueblito en donde pudimos ver un montón de venados y un cementerio tan bien arreglado que parecía irreal: todas las tumbas tenían flores frescas y todo estaba perfectamente ordenado. Ya que lo menciono, creo que todo el tiempo en el que estuve ahí no pude dejar de convencerme a mí mismo que los paisajes, los pueblos y los lugares en los que estuvimos eran parte de un gran set que está ahí sólo para el disfrute de los turistas. Patrick trató, por todos los medios posibles, de convencerme de que no, efectivamente la gente vive ahí y es su modus vivendi pero se me hace tan difícil de creer que prefiero quedarme con la idea menos romántica del set. Atardecía y había otras cosas qué hacer, por lo que tuvimos que dejar las fabulosas vistas y los verdes campos para emprender el regreso hacia Vevey, no sin antes pasar a comprar una buena ración de queso que nos trajimos hasta México :D.

Regresando, otra vez, a casa de los papás de Frenchie nos esperaba una opípara cena a base de quesos y vinos, otra vez, la cual disfrutamos con mucho placer. Tanto en esta comida como en las anteriores me faltó mencionar que no había un postre… ¡había tres postres! Esos papás de Patrick ¡nos consintieron tanto!. Apuramos la comida pues teníamos que tomar el tren hacia Montreux pues iríamos al internacionalmente conocido Festival de Jazz de Montreux. El ambiente alrededor del festival era muy agradable; había muchisísima gente (¡ahí descubrí a dónde se habían ido todos!) sobre todo jóvenes que querían disfrutar de la música y del ambiente. Encontramos muchísimos puestitos chachareros y hasta un puesto de mexicanos había por ahí. Ariel se tomó una foto con una estatua de Freddy Mercury que estaba en la calle, y es que nos contó Frenchie que ahí fue en donde pasó los últimos años, y murió, este famoso cantante. Estuvimos disfrutando de la música y del ambiente un buen rato, pero hubo que regresar pues al otro día temprano tendríamos que partir de regreso hacia París, para tomar el vuelo a Madrid en donde a su vez tomaríamos nuestro último avión de regreso a México :(.

La mamá de Frenchie nos hizo por la mañana un lunch impresionante (me preguntó que si quería «una manzana» y terminó poniéndonos como una docena) y me dio nostalgia el despedirme de personas tan extraordinarias pero que quisiera volver a visitar algún día. El resto de lo que sucedió el último día ya lo he contado antes.

Así terminó nuestra aventura europea que duró tres semanas durante el verano de 2005, y que espero que podamos repetir en algún otro momento. Patrick y Stephan, así como Pedro y Jörn vendrán a México pronto para tener sus propias aventuras mexicanas y espero que Ariel y yo podamos regresar a conocer tantas y tantas otras cosas que nos faltaron, así como a poder volver a estar en esos hermosos y mágicos lugares.

Publico, por último, las fotos de Suiza.

Las fotos de todo el viaje a Europa están aquí.

También te podría gustar...

12 Respuestas

  1. |AhIoRoS| dice:

    Me han gustado mucho el relato de tus aventuras en el Viejo continente :-), fascinante….

    Ahora sólo te falta ir a la vieja cultura china :-P….

    salu2 🙂

  2. Imoq dice:

    |AhIoRoS|:

    Fue un placer escribirlo; al hacerlo pude recordar y ahora ya está escrito, por lo que no lo olvidaré jamás 😀

    ¿La cultura China? ¡No suena nada mal! Nadamás deja que me recupere ($$$) de este viaje, haga unos dos más que tengo en mente y me lanzo pa’ allá. Al menos en unos años no sucederá, pero algún día, ¡claro que sí! 🙂

    Saludos.

  3. Alex C dice:

    Imoq,
    Gracias por haber compartido este viaje, en verdad con todas las descripciones, narraciones, y fotos nos has hecho disfrutar todos los momentos, se vé que la has pasado genial !! No me he perdido ni un momento todo su viaje a Europa….lástima que terminó.

    Las fotos nos han mostrado lugares bellísimos, Gracias nuevamente !!
    Slds,
    Alex C.

  4. Imoq dice:

    Alex C:

    Como lo mencioné ya, disfruté mucho narrando lo sucedido y compartiendo las historias y las imágenes porque de esa manera puedo recordar todo y lo podré revivir cuando el tiempo vaya haciendo mella en mi memoria. Gracias, también a ti, por leer y haber visitado, aunque fuera de manera virtual, junto con nosotros esos maravillosos lugares.

    Saludos afectuosos 🙂

  5. Suiza también tiene regiones en donde se habla el último vestigio vivo del bajo latín hablado en el Imperio Romano… se trata de los cantones retorromanos. Confederatio Helvetia (CH) es el nombre oficial de Suiza, y está en retorromano.
    ¡Un saludo, tocayo!
    Manuel

  6. Imoq dice:

    Tocayo Manuel Tangerine Medea:

    ¡Tienes razón! Al momento de escribir esto sabía que existía esa cuarta región pero nunca me di el tiempo para investigar al respecto y hasta ahora lo había olvidado.

    ¡Gracias por recordarme y darte una vuelta por aquí!

    Un abrazo 🙂

  7. LOKI dice:

    LA VERDAD ESKE AKI NO APRECE NI UNA SOLA FOTO DE UN PUEBLOB FANTASMA VALLA MIERDA 😕

  8. Anónimo dice:

    malditos putos los de aya todos menos mis parientes de aya si los pario mi tia muy vien por eya

  9. Anónimo dice:

    yo quisiera saver quien es ese viejo loco puto ijo de su puta madre perdon por esto pero si eres joto de adeveras verda que si jotito caso les ases a todos los jotos

  10. 😕 👿 okey , a big .bioriufand morder. muchas por contar tu detalle

  11. Anónimo dice:

    😆 HOLA NO HEMOS ENCONTRADO UNA FOTO DE QUESO FAVOR INCLUYELO SI ES POSIBLE EN SU PAGINA. SALUDOS SOFIA LIMA-PERU 😕

  12. carolina dice:

    vayanse a la mierda si es del queso hablen puej de eso carajo y coloquen fotos mierda

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *