Las mudanzas de mi vida
En la escuela primaria me hablaron, hace muchísimos años ya, sobre la existencia de «los nómadas» y «los sedentarios». No sé por qué razón a mí nunca me gustó mucho la palabra «sedentario»; pudo haber sido que pensé que siempre tenían sed o alguna otra tontería de esa naturaleza y me dije a mí mismo que cuando creciera yo sería un «nómada». Por supuesto que no me convertí en uno de ellos, aunque a lo largo de mis 31 29 (;)) años me he mudado tantas veces que bien podría ser un fuerte candidado al título.
Todo empezó cuando tenía 10 años de edad. Yo vivía con mi familia en mi estado natal: Baja California y de repente en 1986 me enteré que nos iríamos a vivir «al sur», al Estado de Morelos. El viaje fue largo y anecdótico (viajamos por casi una semana, junto con la mudanza y hasta un perrito de meses de edad) pero en otra ocasión narraré los detalles al respecto. De 1986 a 1991 estuve viviendo en donde actualmente viven mis papás, a unos 40 km. al sur de Cuernavaca y esos años transcurrieron con tranquilidad. Cuando fue el momento de que entrara a la prepa en 1991 los viajes cotidianos se reiniciaron pues tenía que trasladarme todos los días para ir a estudiar. A veces me quedaba en casa de Luis, en Cuernavaca, y otras veces en algunos otros lugares, pero sí fui un auténtico nómada durante ese tiempo. Cuando entré a estudiar la carrera en el Tec en 1994 las circunstancias no me hicieron sino deber viajar más y a decir verdad no puedo recordar en cuántos lugares diferentes pernocté durante aquellos años.
En algún momento de mediados/finales de 1999 di el paso «oficial» de «irme a vivir solo», aunque desde hacía muchos años ya realmente «vivía» aqui y allá; de cualquier manera el anunciarlo cambia un poco la perspectiva de las cosas. Compartía una casita en condominio en la Col. Club de Golf en Cuernavaca con Gojira aunque no durante mucho tiempo. El condominio tenía alberca y a menudo la casa estaba llena de amigos a tal grado que no sabíamos quién estaba ahí en algún momento determinado. Fueron tiempos excelentes con Juanjo, Darío, Jorge, Ricardo, Édgar y tantos más. En mayo/junio de 2000 Ariel se mudó con nosotros y como un mes después Gojira tuvo que venirse a vivir a la Ciudad de México por lo que debimos desocupar el lugar. Buscamos y en agosto de 2000 Ariel y yo rentamos «un lugarcito» (el diminutivo es definitivamente importante para describirlo; era APENAS suficiente para que 2 personas pudieran estar, sin espacio adicional y sin comodidades) en La Pradera en donde estuvimos solamente hasta finales de ese año.
En enero de 2001 encontramos un lugar mucho más apropiado: un bungalow en la Las Palmas en donde vivimos felizmente por todo un año, hasta el mes de diciembre. Estaba amueblado y era realmente cómodo; bastante apropiado para nosotros en aquella época. Afortunada o desafortunadamente nuestras pertenencias se fueron incrementando por lo que terminó siéndonos insuficiente el espacio para vivir y entonces emprendimos una mini-aventura que siempre recordaré con un poquito de humor: decidimos rentar UNA CASOTA (el aumentativo es aún más importante aquí) junto con Valeria. Fue una locura: la renta de la casa representaba como el 75% de mi salario en ese entonces, aunque Valeria ayudaba con un porcentaje de la misma. Afortunadamente durante ese tiempo recibí un aumento; de otra manera no habríamos podido lograrlo. Esa «flamante mansión», como le decían en broma algunos amigos, se encontraba en Atlacomulco, apenas a pocos minutos de Sumiya. Ahí fue en donde adoptamos a Perdita, que en aquel momento tenía como 2 años, y desde entonces viajó con nosotros a todas las casas en las que estuvimos posteriormente. La casota tenía 6 niveles (si contamos el sótano y la azotea), alberca, sala de juegos y demás. Evidentemente estuvimos muy poquito tiempo ahí: Valeria se mudó a la Ciudad de México en marzo de 2002 y Ariel y yo nos quedamos solos con tremendo caserón. Estuvimos solamente un par de meses más y en mayo nos fuimos hacia el caluroso sur, a Santa Fe; a unos 20 km. al sur de Cuernavaca a una casa que nos rentó Juanjo.
En Santa Fe estuvimos de mayo a septiembre/octubre de 2002 y fue una época «como de vacaciones». Las casas de Santa Fe (Las Colinas) en Cuernavaca, como es bien sabido, son solamente «de fin de semana» para los miles de chilangos que las habitan y por tanto entre semana teníamos el condominio para nosotros solitos prácticamente. Había varias albercas y la pasamos muy a gusto. ¿El problema? ¡La distancia, claro está!. No había transporte público para entrar ni salir de ahí y como siempre hemos tenido solamente un auto era difícil ponernos de acuerdo en horarios y demás para poder llegar e irnos juntos todos los días. A veces teníamos que hacer 3 o 4 viajes al día a Cuernavaca y el tráfico del fin de semana era incontable. Hacía un calor endemoniado y lo primero que hicimos fue comprar un aire acondicionado, además del refri y no recuerdo qué más, pues fue el primer lugar no amueblado en donde vivimos.
Alrededor de octubre de 2002 nos mudamos justo al centro de Cuernavaca, apenas a un par de cuadras de la catedral a una casa que está en Álvaro Obregón y 20 de noviembre (calle que ahora se llama «Jorge Cázares Campos» :P) la cual nos rentó la mamá del Jarras y cuya posición me resultaba muy cómoda debido a que solamente debía caminar como 3 cuadras para llegar a mi trabajo. El tiempo que duramos ahí, hasta junio de 2003, la pasamos muy a gusto… ¡hasta que llegó el tiempo de lluvias!. Resulta que, por ser una casa que había estado deshabitada durante algún tiempo ya, sufrió de inundaciones severas y salimos prácticamente huyendo de ahí cuando las lluvias arreciaron ante la imposibilidad de arreglarla rápidamente.
Finalmente llegó «la estabilidad» y mi vida de nómada se calmó por casi cinco años: en junio de 2003 llegamos a la casa de la Col. Quintana Roo en donde vivimos actualmente y de inmediato nos enamoramos de ella pues era amplia, cómoda y muy, muy bonita. Pensamos que posiblemente nos quedaríamos ahí mucho tiempo y así fue pues hasta la fecha seguimos ahí. Claro está; todo mundo conoce ya mi situación de que en marzo del año pasado, 2007, me vine a trabajar y a vivir entre semana a la Ciudad de México por lo que ahora vivo en dos lugares diferentes. Estuve durante unas 3 semanas en el departamento de mi hermano y a principios de abril me mudé al departamento de la Colonia Roma, compartiéndolo con Jorge, un ratito con Diego y mucho más con Alfredo.
Pues bien, en este año han vuelto las mudanzas: desde la semana pasada me mudé al depa de Lalo en la Col. del Valle en donde estoy realmente a gusto y a quien agradezco infinitamente el haberme recibido. Aún más: todo pinta a que en Cuernavaca nos mudaremos dentro de muy, muy pronto (¿un mes, posiblemente?) a una casa que… no daré más detalles hasta que todo esté listo ;). No es que sea de los que creen que «se arruina» si lo cuentas, pero prefiero reservármelo por ahora hasta que quede todo arreglado :P.
Así que, creo que en mi vida he sido más nómada que sedentario pues conozco a poca gente que se haya mudado tanto Ariel y yo en un período de 8 años, y si contamos mis mudanzas anteriores pues aún más. ¿Será que las ideas del niño de primaria que estudió Ciencias Sociales se le quedaron tan grabadas en su subconsciente que simplemente las puso en práctica?. Sais pas; sólo sé que las mudanzas son cansadas (¡sobre todo cuando empiezas a acumular tantas cosas!) y espero que en un futuro haya muchas menos de las que ha habido en el pasado. Y no es que no me guste la aventura pero «la estabilidad» también es buena… a veces ;).
Wow! eso sí que ha sido mucho déménagement!.
Por mi parte, han sido poquitas veces.
En el 2004 me mudé de Tuxtla Gutiérrez a Cuernavaca. Viví un año en la Av. Palmira, un ratito más en un bungalow de la colonia 3 de Mayo, otro poquito en Acolapa y finalmente me mandaron lejitos lejitos =(.
…yo sólo conocí la casa de Cuerna en la que todavía te encuentras y el depa (por cierto le mandas un saludote a Alfredo, sí todavía lo vez y a Lalo).
Sobre la casa, súper!!!, ojala y salga todo como lo planeas.
Y bueno creo que yo si te gano, jejeje me he cambiado como 20 veces en tan solo 5 años (y voy por una más en unos meses ;).
Qué tal, Imoq!
Vine a dar una vuelta a tu Blog para saber qué hay de nuevo.
Un abrazo y que todo siga bien.
indio, joto