El transporte público en la Ciudad de México – ¿da para más?

Hoy por la mañana, mientras venía cruelmente aplastado cual vil sardina en la línea 9 del Metro de la Ciudad de México (es que anoche dormí en Cuernavaca, pero ésa es otra historia :P), entre Metro Chabacano y Metro Chilpancingo tuve la certeza de que si alguien metía tan sólo un palillo de dientes en el vagón, todo el metro explotaría y moriríamos aplastados. Claro que ese alucine tiene más que ver con mi desbordada imaginación que con la realidad pero es que en un futuro podría no estar tan errado.

¿Cuántos habitantes hay en la Ciudad de México? ¿Cuántos inmigran cada día? ¿Cuántos nacen? ¿Es proporcional a los que mueren?. Probablemente nadie tenga números totalmente exactos para contestar a esas interrogantes, pero las aproximaciones que ha hecho el gobierno son alarmantes y la realidad es abrumadora: cada día somos más y en el futuro continuaremos creciendo. ¿El transporte público bastará para mover a tantas personas? ¿Se idearán nuevos medios de transporte? ¿Crecerá la infraestructura de lo que existe actualmente? ¿La ciudad lo aguantará?. Las preguntas siguen fluyendo en mi cabeza y aunque lea artículos y declaraciones gubernamentales no me es suficiente para sentir una tranquilidad que me diga que todo va a estar bien y que no hay nada de qué alarmarse.

Yo utilizo cotidianamente el mentado pejebujjj (metrobús) para venir a trabajar ya que me resulta eficiente, barato y relativamente cómodo… cuando no viajo en horas pico; es decir: casi nunca. Porque… ¿has intentado viajar en Metrobús de la estación Álvaro Obregón a Poliforum (WTC) por la mañana? ¿Y el recorrido inverso pero por la tarde?. A menudo debes dejar pasar uno, tres, cinco o hasta más unidades hasta que finalmente te puedes subir para realizar ese «emocionante» recorrido de 15 minutos cual sardina atrapada esperando su destino final en la lata. Y es que así te puedes llegar a sentir: que eres tan sólo un objeto inanimado al cual mueve la frenética (y en ocasiones hasta agresiva) multitud, desesperada ora por subir, ora por bajar.

En los famosos «peseros» (o «rutas» como les llaman en otros lugares) tampoco me ha ido mejor: he llegado a observar gente colgada de las puertas, cual caricatura de «La Familia Burrón» (sí, aquellas historietas de Gabriel Vargas de hace ya muchas décadas) aunque se suponga que eso está penado por el reglamento de tránsito. ¿Y qué? La gente igualmente debe llegar a trabajar o a realizar sus actividades cotidianas, sin importar que el «rutero endemoniado» (Salvador dixit) vaya conduciendo con el mismo cuidado que si llevara un cargamento de cebollas.

Una que otra vez he tomado el trolebús, ese camión que va nutriéndose de energía de unos cables colocados sobre éste y el cual tiene rutas predefinidas. La experiencia ahí ha sido un poco mejor, pues le ayuda el hecho de que a menudo avanza «en contraflujo» al tráfico aunque nunca falta el gracioso que se mete en sentido contrario en su carril y también se hace «la pelotera». La desventaja evidente de este medio de transporte es que hay pocas rutas ya preestablecidas.

Los amados-odiados taxis son punto y aparte. La mayoría de ellos son cómodos, sí (ya casi no se ven los famosos «bochitos» que antaño pululaban, ¿verdad?) aunque, por supuesto, dado su costo no terminan siendo eficientes como para considerarlos como una opción de transporte cotidiana. Ameń de la (in)seguridad y «sorpresitas» que te puedes llegar a encontrar de vez en cuando en éstos.

Todo lo anterior me lleva a preguntarme una y otra vez si debo ir en contra de mis ideales (como si no lo he hecho ya en el pasado) y terminar cediendo a optar por un automóvil más en esta ciudad. Un automóvil que transporte tan sólo a una persona, que contribuya más al tráfico, a los retrasos y a la contaminación de esta moribunda urbe. ¿Vale la pena? Para mí, probablemente sí pero ciertamente no para el colectivo ni para el planeta a largo plazo.

¡Ack! Ya no sé qué hacer. Supongo que seguiré aguantándome a los aplastones y demás linduras del transporte público en esta ciudad… ya extraño Cuernavaca :(.

También te podría gustar...

7 Respuestas

  1. vicm3 dice:

    Para que a los dos dias te estes quejando de que es imposible manejar en esta ciudad, que el hoy no circula esta imposible, que los seguros no funcionan, que se los roban MUY seguido, que la gasolina esta muy cara y de que esos 15 min en lata se convierten en una hora en un comodo automovil.

    Saludos.

  2. Imoq dice:

    Nombre, si coche ya tengo pero «vive» en Cuernavaca :P.

    No creo que traerlo y manejar aquí sea la solución, definitivamente :(.

  3. prinko dice:

    No te quejes wey.. yo tambien deje mi carro en GDL y ando aca en Metro Bus, que a ciertas horas parece Auto Sardina y a eso unele los hediondos que no se bañan y no se lavan el chunde.. 😡

    Che gente.. no manchen.. Lavenselooooo

  4. Sefs dice:

    Hombre, yo en mi ciudad me muevo en bicicleta, pero claro, nada que ver las distancias de los sitios supongo, y mi madre preocupada aunque es más seguro de lo que parece…
    Pero sí, lo del coche (auto) a mí me incomoda mucho llevarlo aquí, allí debe ser una locura

  5. GaRaGeD dice:

    No has notado que el metrobus y el metro van MAS LENTO cuando hay mas gente ?

    Es un misterio que no termino de entender, a mas gente menos tráfico, y mas lento avanzan, ridiculo, pero estamos en México, todo es posible :), hasta que nos vengamos a trabajar al DF en vez de estar en Cuernavaca !

  6. CIPACTONAL dice:

    El metro tiene un poligono de carga en la que circulan cierto numero de trenes por unidad de tiempo, teniendo un maximo de respetar por seguridad, cuando hay muchos usuarios y obstruyen las puertas, ocasionan retrazo, ya que una condicion para reanudar la marcha del tren es la señal de puertas cerradas, asi que por favor cuando ya no entren, favor de esperar otro, ya que asi nos perjudicamos todos acumulando retrazos, otra historia se tiene cuando un tren va con falla o es desalojado.mas las palancas accionadas por juego

  7. Anónimo dice:

    Bueno la verdad si que es un problema alarmante y que seguirá creciendo si no hacemos nada. Pues al menos en el Tec de Monterrey se estan haciendo investigaciones al respecto, en el diseño de infraestrura para optimizar el traslado de cargas y pasajeros. La idea es establecer terminales en puntos estrategicos ya sea para el metro o el metro bus que permita la fluidez con menor tiempo de las personas y evitar el congestionamiento y la contamiacion ambiental. Le estamos hechando muchas ganas y esperamos apoyo de las autoridades y de inversionistas privados.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *