Surreal (Concurso de travestis en Tetelpa, Morelos)

Sí, surreal: creo que ésa es la palabra que mejor describe la experiencia de anoche, pues a pesar (o tal vez debido a eso, no lo sé) de tener un montón de cosas en la cabeza por problemas que por el momento no me es posible contarles, ya lo haré a su debido tiempo, acepté acompañar a Ariel y a un amigo a un pueblito perdido al sureste del estado de Morelos, llamado «Tetelpa», que se encuentra entre Zacatepec y Galeana. No habría tenido nada de extraordinario, de no ser porque… ¡se trataba de un concurso de travestis! :-O :-O y los habían invitado para que fueran jurados del mismo. De hecho, al llegar allá querían que YO también fuera «jurado», pero pasé argumentando que realmente no tengo ninguna base ni conocimiento de causa para decidir quién se merece el alto honor de ser «la reina» (:lol:). Ariel tampoco tenía idea, pero por alguna razón pensaron que podía hacerlo y el pobre no supo cómo rechazar «la oferta».

Nos citaron para llegar a las nueve de la noche, por lo que procuramos estar ahí unos 15 minutos antes y así fue, después de manejar a toda velocidad unos 45 minutos, llegamos a «la ayudantía municipal de Tetelpa» (ajá, ahí fue :lol:) poco antes de las nueve y tan sólo estaban los grillitos cantando por ahí (gri gri gri) pues no había gente ni mucho menos. Ariel se comunicó por su móvil (¡afortunadamente sí hay señal de Telcel allá!) con la persona que lo invitó, quien el dijo que «ya iba para allá» y cuando llegó una media hora después, le explicó que «se citó a la gente a las nueve, pero que eso iba a empezar como a las diez y media de la noche, ya saben cómo es eso» (NO, señor, no sabemos cómo es eso: si nos dicen a las nueve, a las nueve llegamos).

Total que como teníamos poco más de una hora, decidimos ir a «la ciudá» de Zacatepec para darnos una vuelta por ahí y conocerla de noche. Hacía un calor INFERNAL. Y no, no es como «el calor» del que a veces nos quejamos en Cuernavaca. ¡Ahí SÍ hace calor! De día, de noche, a cualquier hora estás sudando como cerdo todo el tiempo y teníamos ya las playeras mojadas (¡hey! eso se antoja como para un concurso! ¿no? 😉 :P). No había mucho qué ver pero sí pozole qué comer (jojojo) y aunque normalmente no cenamos eso, no pudimos resistir al antojo. Regresamos a la «Ayudantía Municipal de Tetelpa» (lo siento: no puedo resistir llamarle por su rimbombante nombre completo) a las diez y media en punto, y a esa hora ya había algo de gente, resultó que sería una «tardeada» pero obviamente el lugar todavía no estaba lleno. Seguimos esperando ahí dentro, gente iba y venía y vi que iría para largo.

Ya a eso de la media noche y yo con el fastidio a todo lo que daba, dio inicio el famoso concurso. Éste consistía en cuatro etapas: concurso «casual», «en lencería», «en traje de noche» y de ahí se seleccionaban tres finalistas a las cuales se les haría una pregunta (tal y como en Miss Universo: el cerebro es lo más importante, ¿verdad? (¡ajá!)) para seleccionar a la ganadora. Me dediqué a tomar fotografías y a ver las reacciones de la gente: algunos estaban muy divertidos, otros veían el concurso con una mezcla entre fascinación e incredulidad. No sé cómo se da algo así en un pueblo chico y en las grandes ciudades aún hay cierta reticencia por parte de la gente. Como sea, a eso de las dos de la mañana por fin terminaron las etapas y salió la ganadora, a quien coronó una travesti supuestamente muy famosa quien se llama «Denisse» pero que en la vida había escuchado y que seguramente olvidaré en un dos por tres y ya, terminando el concurso salimos corriendo de ahí para regresar casi a las tres de la mañana a Cuernavaca.

Fue una experiencia surreal, pues ese día nunca me imaginé que por la noche estaría en un pueblo perdido de Morelos, de madrugada, en un concurso de travestis en donde Ariel fue juez. Dejo pocas pero ilustrativas fotos del «evento».