Medio siglo de vida: Te quiero, papá.

El viernes fue el cumpleaños de mi papá. Cumplió 50 años ya y el número me parece increíble. Nunca relacioné la palabra «siglo» con los cumpleaños hasta hace 3 años, cuando cumplí los 25 y entonces caí en cuenta que cumplía un cuarto de siglo. Pues bien, ahora a mi papá le tocó llegar a la mitad del mismo y es toda una bendición el que pueda tenerlos tanto a él como a mi mamá.

Ayer sábado mis papás hicieron una comida en su casa para celebrar la ocasión y fuimos Ariel y yo. Ahí estuvimos junto con parte de la familia de mi papá: Mis abuelos (sus padres), algunos tíos, mi hermano Fer y Cinthia y mis sobrinos Nurit y Alexei. Desafortunadamente mi hermano Donald no pudo estar pues tenía que trabajar. La pasamos muy bien y comimos carne y más carne: costillas, carne asada, pechugas asadas, chistorra entre muchas otras cosas. Lo más importante y trascendental fue la convivencia y sentirme cerca de mi familia.

Mi papá siempre ha sido una persona sencilla y sin complicaciones y tiene una filosofía de la vida envidiable. Cree firmemene que las cosas tienen solución y que a menudo ésta es simple y tiene confianza en la gente. Lo curioso es que contra todas las predicciones generalmente le resultan bien las cosas que hace. A veces quisiera ser un poco más como él y preocuparme menos por los problemas y las cosas que suceden. En ocasiones lo logro pero finalmente aflora mi personalidad aprensiva. De todas maneras tengo mucho que aprender de él aún.

Enhorabuena a mi padre; ojalá que llegue le día en que cumpliera el siglo completo y ojalá también que yo pudiera llegar al medio siglo y verme y sentirme como él.

Aquí dejo una foto de ambos que nos tomó ayer Ariel.