¡Que ya deje de llover, maldita sea! :-x

Hoy no fue mi día. Apenas salí de la casa muy temprano por la mañana en Cuernavaca y se soltó un aguacero de esos que jamás ocurren a esa hora allá. A pesar del paraguas y de la gran chamarra que llevaba terminé empapado y hasta a la pobre computadora que llevaba en mi mochila por poco le toca baño (estaba un poco húmeda, la sequé bien antes de encenderla). Aún tres horas después, cuando ya estaba aquí en la oficina en la Ciudad de México mis zapatos seguían empapados.

Apenas me empezaba a secar, cuando a la hora de la comida debí salir al banco a realizar un depósito y a pesar de que el cielo estaba todo gris, no se veía señal evidente de que fuera a llover. Saliendo del banco no llovió: ¡se cayó el cielo completo!. Un aguacero mucho peor del de la mañana y en esta ocasión no llevaba paraguas, tan sólo la chamarra y a pesar de que fueron muy pocas cuadras entre el banco y la oficina llegué más mojado que Aquaman. Ahora tengo no sólo los zapatos empapados: también el pantalón, la chamarra y obviamente mi cabello.

¿Qué pasa este año con la maldita temporada de lluvias? Llueve, llueve, llueve y no deja de llover. ¡Ya estoy harto!. Si el calor a veces me fastidia y el frío me cansa, las lluvias ya me tienen absolutamente desquiciado. Lo peor del caso es que no se ve para cuándo deje de llover :(. ¿Ya ven? Pero seguimos bien contentos, dándole duro al planeta y desmadrando cada vez más el clima. ¡Pobres de las generaciones venideras!.

En otras noticias, supongo que a todos en algún momento nos han tocado lo que me gusta llamar «bofetadas de realidad». Pues bien, en los últimos días he recibido varias y fuertes: duelen pero supongo que te hacen crecer y (re)aprender. Eso me pasa por pendejo. No queda más que seguir adelante. Quién sabe qué suceda con mi estado de ánimo: deben ser estos malditos días grises y húmedos. Comeré más chocolate :P.