Padres Egoístas

Cuando alguien tiene un hijo yo entiendo que, generalmente, lo que se espera es que lo quiera y cuide de él. Desafortunadamente los humanos somos los animales que más tiempo les toma el poder sobrevivir por sí mismos. Algunos dicen que son 18 años, otros mucho más conservadores piensan que es prácticamente de por vida y algunos otros piensan que a los pocos años ya puede alguien valerse por sí mismo. Como sea, y dejando de lado el hecho de «valerse por sí mismo» creo que al menos el cariño, el amor de padres debería prevalecer con los años, ¿no?.

Si ése fuera siempre el caso, entonces, ¿por qué hay padres que pueden tener el corazón de correr a un hijo de la casa? ¿Tú podrías, en algún momento de tu vida hacer algo terrible como decirle a tu propio hijo: «Ya no te quiero ver aquí, arréglatelas por ti mismo»? Creo que es algo drástico y si bien creo firmemente en que cada quién debe ser independiente (yo no vivo en casa de mis papás desde hace muchos, muchísimos años) también creo que los lazos familiares no deberían perderse y que es incluso antinatural echar a un hijo a la calle.

Pues bien, tal vez para muchos no sea novedad pero yo no dejo de indignarme cada que veo que sucede algo así. Resulta que, por varia razones, desde hace varios años han llegado a vivir por temporadas algunos amigos a nuestra casa. De todos ellos, dos ha sido porque definitivamente no tenían a dónde ir, pues sus padres los corrieron de la casa. ¿Y qué hace alguien quien todavía no tiene una manera estable de ganarse la vida cuando sucede algo así? Buscar ayuda, claro está y afortunadamente hay gente quien está dispuesta a darla, pero no puedo dejar de hacer corajes de tan sólo imaginar cómo un pinche padre desnaturalizado le puede decir a su hijo que «se largue». Y no, las «razones» que les han dado (al menos en estos dos casos en particular) no son válidas, ni siquiera lógicas. Es simplemente que dichos padres quisieran que sus hijos no fueran ellos mismos y actuaran de otra manera.

En fin, tenemos ahora un huésped en la casa. Afortunadamente él va a tener techo, cobija y comida, pero… ¿cuántas personas no hay a quienes lanzan a la calle y que no conocen a nadie quien los acoja? Yo no puedo entender a esos padres desnaturalizados, definitivamente. Agradezco a la vida por los padres que me dio, pues aunque no siempre estamos de acuerdo en todo, nos queremos y cuidamos mutuamente.