Treinta y tres

Hoy cumplo 33 27 años :P. Ya no sé ni qué pensar, mucho menos qué decir al respecto, aunque para el tiempo eso es irrelevante: igual le gusta continuar haciendo su eterna labor de envejecernos con cada segundo que pasa, sin que se pueda dar marcha atrás.

Recuerdo hace ya tres años, cuando llegué a la tercera década, que no me encontraba en el mejor momento de mi vida y que el hecho de cumplir años me hizo sentir aún peor. Ahora no es el mismo caso; supongo que «la edad» (!!! ¬¬) me ha dado un poco más de paciencia, de resignación, dudo que de sabiduría pero sí al menos de temple para saber que el tiempo avanza, que hay que «apechugar» y abrazar la vida así como es y con lo que te dé. A lo que aún no me puedo terminar de resignar es a la aparición cada vez menos esporádica de una cana aquí y allá, sobre todo cuando llegan «en racimos» de 4 o 5, ¡cómo los aborrezco! pero ni Luis ni nadie me las quiere arrancar y me niego a usar algún producto para cubrirlas ¬¬.

Siempre aprovecho el día de mi cumpleaños, cuando escribo, para reflexionar y agradecer por todo lo bueno y positivo que tengo en mi vida. Si tuviera que agradecer por algo este año, creo que fácilmente podría acercarse a uno de los más plenos que me han tocado, por razones muy personales y que algunos cuantos saben a qué me refiero. Aunque a menudo me la pase quejándome, creo que realmente tengo pocas cosas reales de las cuales hacerlo (es más bien como si el quejarse fuera un deporte :P) y sí muchas por las cuales estar feliz.

Me gusta mucho la época de mi cumpleaños porque coincide (con un par de días de retraso, pero aún así…) con el famoso miquixtli o «día de muertos» (que no hay que confundir con el horroroso y estúpido halloween). Me gusta el aroma de los cempasúchiles, no porque sean flores de muerto, sino porque son flores que celebran mi cumple. Me gustan mucho las mandarinas, también anaranjadas y con las cuales la vida me premió dándome un más que fructífero árbol en mi propia casa. Me gustan mucho los tlaxcales que hacen en el sur y oriente de Morelos y en Guerrero; realmente ansío que llegue la época cercana a mi cumpleaños para comerme al menos una decena de éstos. ¡Me gusta tambien mucho la calabaza en dulce, con leche!. Este año tuve la fortuna de ir con Ariel y con Luis a casa de mis papás y poder disfrutar de las delicias enunciadas.

Para mí, los «día de muertos» son tan sólo un preámbulo a la celebración de mi propia vida (o, si lo quisiera ver de manera negativa, a la celebración de mi muerte que -como la de todos los demás- se aproxima cada vez más segundo a segundo).

Hoy en particular y este año en general tendré especial cuidado, pues como me dijo Alde hace rato por mensajero instantáneo (y cito textualmente): «me cuidaré de los maderos y cruces, a la gente le da por clavar a los que cumplen 33, hay un caso documentado» ;).

Broma aparte, agradezco infinitamente a quienes me han enviado los mensajes de felicitación, tanto por teléfono, SMS, mensajero instantáneo, postales por web, el famoso y multichísmico facebook y tantos otros medios. Me causó una especial gracia el recibir tantos correos automatizados de foros a los que estoy suscrito, pero de todas maneras no se desprecian. Se agradece en verdad que me recuerden aunque desde hace ya tanto tiempo haya decidido mi propio autoexilio, salvo por un contado (¡con los dedos de una mano! creo…) grupo de amigos, no he tenido contacto con nadie más en ya bastante tiempo. Me da alegría saber que aún no he sido olvidado del todo :).

Celebraré este día, si es que hay algo que celebrar, yéndome a Cuernavaca, a mi hogar y disfrutando del amor y de la compañía ahí. No hay planes de fiesta aún, pero dado que el cumpleaños de Ariel es en un par de semanas en una de esas organizamos algo para un fin no muy lejano, ¡ya les avisaré!.

Termino con mi tradicional:

Sapo verde soy yoooo
saapooo veeerdee soooy yoooo
saaaaapoooo veeerdeee eeeees Iiiimoooooq
saaaaaapooooooo veeeeerdeeeeee soooooy yoooooo

Tan-tán

😛