ntfs-3g: leer Y ESCRIBIR de manera segura particiones NTFS bajo Linux

Cualquier linuxero que, como yo, ya lleve algunos años en el medio (y no en el «artístico» :P) sabe que hasta antes del año pasado cuando alguien mencionaba algo relacionado con leer en Linux archivos que estuvieran en una partición NTFS (el cual es el sistema de archivos que usa Windows desde la versión NT, pasando por 2000, XP y el ahora multimencionado Windows Vista) podía ser un tema truculento. Si alguien cometía la osadía de sugerir que se pudiera escribir en estas particiones desde Linux, lo primero que se nos venía a la mente era corrupción y pérdida de datos, amén de secuestros alienígenas (ah, no, eso no, ¿verdad?) pues como El Imperio Maldito no libera las especificaciones de sus sistemas de archivos era virtualmente imposible poder trabajar en este tipo de particiones si no era bajo su sistema operativo.

Ya no más. A partir de julio del año pasado, Szakacsits Szabolcs (no te burles, así se llama) anunció la creación de un nuevo controlador para poder leer Y ESCRIBIR de manera segura en particiones NTFS: el proyecto NTFS-3G.

Yo había leído sobre este proyecto y no fue sino hasta octubre del año pasado cuando instalé Fedora Core 6 que lo probé (ya viene incluido con la distribución), pues aún tengo un par de particiones NTFS en la computadora que se niegan a morir por diversas razones. Obviamente, por todo el bagaje técnico que tenía me negaba a habilitar el soporte para escritura y me conformaba con poder seguir accediendo a los archivos de Windows desde Linux. No fue sino hasta hace algunos días cuando fue necesario mudar un disco duro que tenía estas particiones que necesité la escritura pues, por alguna extraña razón (¡ajá! extraña…) Windows se negaba a copiar todos los archivos, pues algunos estaban «en uso» y bla bla bla. Me arriesgué, fui a Linux y desde ahí utilicé una herramienta del ntfs-3g llamada «ntfsclone» la cual literalmente (obtenido de su página de ayuda) «ntfsclone – Efficiently clone, image, restore or rescue an NTFS» (es decir, de manera eficiente clona, saca una imagen, restaura o rescata una partición NTFS) y eso era precisamente lo que necesitaba.

Para colmo de males (siempre sucede, ¿qué no?), el disco duro en el que se encontraba la partición NTFS original tenía un par de sectores dañados por lo que hubo que hacer magia con esta sencilla instrucción: ntfsclone -O –rescue /dev/sda1 /dev/hdb1. La opción «-O» nos dice que sobreescriba los archivos si existen. «–rescue» le indica que continúe si hay errores en el disco de origen (ésa fue la magia :P) y finalmente una nota importante: /dev/sda1 es la partición DESTINO y /dev/hdb1 es la partición ORIGEN. Un bonus fue que la partición destino fue unos gigas más grande de lo que era originalmente (ésta la creé y formateé en Windos) así que se mataron «dos pájaros de un tiro».

La moraleja es, si eres linuxero «de la vieja banda» que no te dé miedo probar la herramienta, es totalmente segura y miles de testimonios así lo comprueban y, por otro lado, si apenas vas iniciando en Linux y todavía tienes por ahí tu instalación de Windows, ahora podrás tener acceso de manera segura a tus archivos de ese maléfico sistema operativo.

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