Mini reunión de blogueros en la Ciudad de México

Continuando a partir de donde me quedé en el relato anterior, Ariel y yo nos dirigimos rumbo a la zona rosa, pues teníamos ganas de dar algunas vueltas por ahí y de comernos un postre. Cuando estábamos haciendo precisamente eso, me llegó un mensaje de Flavio diciéndome que estaban ¡a dos locales de donde estábamos nosotros!. Y es que teníamos planeado reunirnos al siguiente día para desayunar con él y Daniel pero no pensamos que fuéramos a estar tan cerca. Cuando le estaba escribiendo otro mensaje para hacerle saber que en cuanto nos termináramos nuestro pie iríamos a saludarlos llegó hasta nuestra mesa y lo reconocí de inmediato por las fotos que he visto de él. Nos saludamos y me dio mucho gusto por fin conocer a un bloguero tan interesante (soy fan de su blog) como lo es él. Regresó con sus amigos y nosotros apuramos nuestro pie para irnos a reunir con ellos.

Cuando llegamos al restaurante en donde estaban nos presentaron a sus amigos con quienes iniciamos una amena conversación de inmediato. Me gusta mucho conocer a gente relajada e inteligente y que además tienen buen sentido del humor como son Flavio y Daniel, pues puedes platicar con ellos de prácticamente cualquier tema y sentirte a gusto con la convivencia. Flavio, acertadamente, le llamó «la magia de los blogs» y es que al haber leído tantas cosas mutuas es como si fuéramos amigos en la vida real desde hace algún tiempo. Ojalá que tuviéramos más amigos así aquí en Cuernavaca. Después de salir de ahí nos dieron el tour de rigor en la zona rosa (sí que han cambiado algunas cosas, dejas de ir por un tiempo y esa ciudad evoluciona rápidamente) y después de un rato nos encaminaron hacia nuestro hotel, que les queda de paso para su casa (claro, Flavio me ayudó a conseguirlo cual experto agente de viajes :P). Nos despedimos no sin antes quedar de acuerdo para cambiar el desayuno del día siguiente por la comida con otros blogueros a quienes veríamos.

Ariel y yo nos bañamos y cambiamos de ropa y pensábamos hacer un mini tour por varios antros, pero debo confesar que al final de cuentas sólo nos quedamos en el primero al que fuimos porque encontré algo inaudito, al menos para Cuernavaca: el vodka Absolut lo venden en $30 pesos cuando aquí mínimo cuesta $60. Estaba maravillado así que tomé un poco más de lo que debí y sin darme cuenta ya estaba tan «entonado» que nos quedamos ahí, seguí tomando y por poco me salgo arrastrando del antro; pero no, conseguí salir por mi propio pie ya bastante tarde (o temprano, tal vez lo deba decir: ya iba a amanecer). Salimos con un hambre atroz, así que pasamos a uno de esos mini súper abierto las 24 horas y nos comimos un hot dog. Dentro de mi «exacerbado amor etílico», vi a un vagabundo entrar al local y servirse un café (¿o era un chocolate?). Le susurré a la desconcertada empleada del lugar que cargara ese café a la cuenta junto con nuestros «jochos» y así lo hizo por lo cual me sentí inmensamente feliz (yo lo sé: es una tontería, pero cuando estás borracho ves el mundo de un color diferente). Como pudimos llegamos al hotel y sin poner ninguna alarma nos dormimos, esperando despertar por obra y gracia del espíritu santo antes del medio día para poder llegar puntuales a la cita.

No fue así: despertamos a las 12:20 y corrimos a bañarnos y a arreglarnos. Flavio me envió un mensaje que ya iban en camino hacia el restaurante. Un rato después, Doffo me envió otro mensaje diciéndome que ya habían llegado por lo que nos apuramos aún más. Llegamos tarde, como buenos mexicanos (no es verdad: yo ODIO la impuntualidad, ¡discúlpenme!) e inmediatamente empezamos a conversar. Como ya conocía a Doffo y la noche anterior había conocido a Flavio y a Daniel reanudamos la conversación relajada como si nada. Un rato después llegó Iván Salgado (a quien también ya conocía) y rápidamente se integró al grupo.

Al cabo de un rato llegó Titab, a quien tenía muchas ganas de conocer y afortunadamente lo pudimos lograr unas horas antes de que abandonara el país; no conversamos tanto como hubiera querido y ojalá que en algún futuro haya oportunidad de hacerlo, pues me encanta leerla también. Pero no llegó sola; para mi sorpresa, llegó con un trío de bonus muy agradable: Wolken, con quien he platicado por los BBS desde hace ya un buen de tiempo y con quien siempre me he llevado muy bien; es una chica muy agradable y divertida, sus puntadas y ocurrencias son geniales. Venían también con Genma y Nodens, dos reconocidos Linuxeros por lo que la reunión fue harto peculiar pero igualmente interesante. Conversamos de muchos temas diferentes y la verdad es que el tiempo voló entre la conversación y la abundante comida y bebida disponible para todos.

Al principio de la reunión yo no me sentía muy bien físicamente (la cruda realidad, le llaman) pero después de hidratarme con mucho jugo de mandarina (en honor a Manuel y a Eduardo Irabien) y de darle a mi cuerpo toda la glucosa que me pedía, me sentí un poco mejor. La tarde transcurrió entre anécdotas, chistes, conversación sobre los blogs, computadoras, Linux, Software Libre, ligues y demás. Después de algunas horas Flavio y Daniel debieron irse (no sin antes Flavio haberle regalado a Ariel un botón japonés de Yoda, por lo que se ganó su eterna gratitud) pues tenían un compromiso por la tarde y el grupo continuó un rato más, hasta que Ariel y yo debimos partir, además de que Titab tenía que irse al aeropuerto ya para documentar pues saldría con rumbo a la lejana y gélida Inglaterra por lo que todos nos despedimos.

Debo decir que esa reunión me dejó con un excelente sabor de boca y con ganas de conocer a más blogueros. Es harto interesante platicar «en persona» con quien has leído tantas cosas a menudo personales. Se da una intimidad a otro nivel que definitivamente no se logra cuando conoces «a alguien del chat» y debes emplear muchas horas para conocer más detalles de esa persona. Espero pronto poder reunirme otra vez con todos los asistentes a esa mesa y con algunos nuevos, ¡hay que hacerlo frecuentemente!.

Antes de regresar a Cuernavaca, Ariel y yo debimos arreglar otro asunto en la Ciudad de México que nos demoró varias horas por lo que salimos de ahí después de las ocho de la noche. Llegamos a Cuernavaca cansadísimos por el fin de semana (y aún con algunas secuelas de la borrachera de la noche anterior) por lo que ya no blogueé el par de historias hasta el día de hoy.

Dejo un par de fotos que tomamos, la de la noche anterior a la reunión con Flavio y Daniel y la la comida de los blogueros. También dejo enlaces a los relatos desde el punto de vista de los blogueros que asistieron; a medida que alguien más ponga algún relato actualizaré dicha lista.