Domino’s Pizza strikes again

¡Puaj! Justo cuando te sientes lo suficientemente seguro como para «perdonar» a una empresa que actuó estúpidamente mal en tu contra hace ya más de un año, sucede que son lo suficientemente «hábiles» como para evitar que les perdones.

Estoy seguro que pocos han leído «el drama Domino’s Pizza de noviembre de 2004» y su respectivo desenlace, ojalá que te tomes unos minutos para leerlos y comprender lo que relato a continuación.

Pues bien, ayer por la noche Ariel y yo estábamos en casa contestando unas preguntas de la MacroTrivia de Cinemex (5 preguntas de «Don Gato y su Pandilla», debimos comprar la serie completa, puaj) y con los nervios de andar buscando respuestas contra reloj nos dio mucha hambre y se nos ocurrió pedir una pizza (total, ya no habíamos ido al gym, así que había que portarse mal por completo :evil:). Se me hizo fácil coger el teléfono y llamar a Domino’s Pizza (lo cual no había hecho en más de un año) y perdonar de una vez por todas la jalada que nos habían hecho. CRASO ERROR.

Me contestaron con la acostumbrada perorata en donde te dicen las promociones y todo lo demás, y le dije que quería una pizza. Me preguntó mi número telefónico, se lo proporcioné y me dijo: «No podemos proporcionarle el servicio porque aquí tiene una nota de que adelantó su reloj y no pagó un par de pizzas». Inmediatamente sentí cómo me ardió la cara de coraje, pues recordé el realmente mal momento que me hicieron pasar hace ya más de un año cuando me acusaron de haber adelantado mi reloj (como si yo tuviera necesidad de eso, ¡ja!) para que me dieran las pizzas gratis. Los obligué a dármelas gratis porque tienen una promoción, y si no la cumplen, ¿para qué la anuncian a los cuatro vientos?. También recordé inmediatamente la llamada de disculpa del otro día del gerente regional de la zona sur y el hecho que mencionó que tenía hasta cupones gratis, después de desvivirse en disculpas y un «no volverá a suceder y usted puede comprar cuando guste con nosotros».

Le dije al chico que me contestó que si estaba seguro que no podía ordenar una pizza, que lo pensara dos veces y me pidió un momento. Algo habrá preguntado que a los pocos segundos me dijo: «sí, ¿cuál va a ser su orden?» pero obviamente yo ya estaba muy enojado de tan sólo recordar todo y le dije que no iba a comprar nada, ni en ese momento ni después y que me volvería a quejar con los supervisores de esa pizzería. Colgué, realicé mi pedido en Pizza Hut, que es lo que debí haber hecho desde un principio, y después me volví a comunicar al 01-800 para volver a interponer mi queja. Otra vez, se desvivieron en disculpas y me aseguraron que se pondría en contacto conmigo un supervisor a la brevedad. Lo que necesito que entiendan los señores de Domino’s Pizza es que NO TIENEN NINGÚN DERECHO DE TRATAR MAL A SUS CLIENTES, es una soberana estupidez y no me voy a quedar callado.

Amén de que no volveré a hacer un pedido en esa tienda, pero mientras tanto, ¿Qué onda con su «servicio al cliente»? ¿Qué onda con sus «promociones»? y sobre todo, ¿Qué onda con cometer la estupidez de que, después de que un gerente regional se desvive en disculpas y te regala cupones todavía dejan tal nota asociada a tu número telefónico en la computadora?.

No cabe duda que esa empresa, o al menos esa sucursal aquí en Cuernavaca, no sabe cómo tratar a los clientes, no tienen ni la más remota idea.