Quemar las Naves

Confieso que las múltiples veces que vi los avances de Quemar las Naves pensé que ni vería esta película. No se me hacía de tema muy atractivo. ¡Qué bueno que después me dieron ganas de verla!. Resultó ser una excelente película.

Sebastián es un chico quien vive en Zacatecas en un precioso caserón antiguo junto con su hermana Helena, quien cuida de Eugenia, su madre enferma (¿de cáncer?) y quien otrora fue una famosa cantante (qué risa cuando le llaman «la vedette«). Dada la larga y tortuosa enfermedad de la agonizante madre, Helena jamás sale de casa pues se dedica a cuidarla; en su lugar, estudia incesamente el idioma inglés por medio de unos CDs con lecciones, soñando siempre con salir de ahí para poder conocer el mundo. Por su parte, Sebastián es un estudiante en una preparatoria católica quien a su manera también está consciente de que hay mucho más allá afuera y sabe que algún día deberá irse. Al momento en que llega a la escuela un nuevo estudiante, Juan, su vida cambia radicalmente y comienza el proceso de autorreconocimiento, de conocer su lugar en el mundo.

Se nota que esta película está realizada con ganas de hacer las cosas bien. El reparto no pudo ser más que adecuado, las tomas son fabulosas y la fotografía indescriptiblemente bella. La actuación de Helena es la mejor de todas y aunque la historia no se centre en ella es quien «se lleva la película»: presenta perfectamente la angustia y tensión que debe sentir su personaje al encontrarse perenne y eternamente condenada a cuidar a la madre enferma. Por su parte, Sebastián emana en todo momento una descuidada sensualidad y un erotismo inherente que parecen casuales y ajenos a él pero al mismo tiempo embebidos tan profundamente en su persona que simplemente no hay manera de evitarlos: ora con la hermana, ora con su mejor amigo de la infancia, ora con Juan. Las pequeñas historias incidentales, casi accidentales también aportan algo a la película, tal y como la de la monja cachondona quien describe de manera clara la metáfora sobre «quemar las naves», en que se centra esta película. Las situaciones que se presentan, aunque puedan parecer «tema delicado» para algunas personas, se tratan de una manera clara, directa y natural; así, el despertar de la sexualidad de Sebastián y el cuasi incesto van llevados sencillamente, sin chocarte. El final no podría ser más adecuado. El soundtrack es más bien escueto: se limita si acaso a 7 canciones de las cuales 3 son diferentes versiones de la misma, pero magníficamente interpretadas por Julieta Venegas y Eugenia León, ¡yo lo quiero!.

Creo, entonces, que es un excelente esfuerzo por parte de Francisco Franco de presentarnos en pantalla una historia llena de sentimientos de diversa índole. ¡Totalmente recomendada!. ¿Por qué no la ves este fin de semana? ;).

«Un día me voy a ir… y no volveré jamás…»

La vi…

En: Cinemex WTC
El: Jueves 10 de abril a las 22:50 :-O
Con: Ariel y Lalo
Y le pongo: 9.5/10 q’s