¡Mil rosas para ti!
La semana pasada, mientras conducía de regreso del trabajo a la casa, la radio comenzó a tocar un melosísimo tema de «La Oreja de Van Gogh»: «Rosas» y justo en la parte en donde dice «… por eso esperaba, con la carita empapada, que llegaras con rosas, ¡con mil rosas para mí!…» aparecieron como salidas de la nada las mil rosas. Y no, no era mi alocada imaginación; estaban ahí: Tuve el impulso de decirle al chofer que enfilara rumbo a ti y que te las diera todas pero después pensé que al cabo de poco tiempo morirían. Opté por...
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