Cuídate de que tu banco no te vaya a dejar en la calle

Nunca me imaginé escribir un rant un día después del previo (¿será que me estoy haciendo viejo y corajudo? pero ahora no lo pude evitar.

Ayer por la tarde Ariel me llamó para avisarme que cuando intentó pagar en el súper con su tarjeta de débito de la cuenta compartida que tenemos desde hace ya algo de tiempo en el Banco Santander Serfín (el cual, dicho sea de paso, me gusta porque tiene una sucursal afuera de nuestra casa y otra afuera de mi trabajo, además de que siempre que tengo que hacer algún trámite el banco está vacío) no pudo hacerlo pues le marcó un error (que no decía que había fondos insuficientes, pues evidentemente había). Intentó ir a un cajero de red para retirar efectivo y le dio el mismo error, que la transacción no podía ser completada temporalmente. Buscó un cajero del mismo banco y le dio ese mensaje. Me llamó y pensamos que simplemente había un problema con la red del banco, pero en ese momento otra persona usó el cajero de Santander Serfín para sacar efectivo ¡y sí le dio!, por lo que empezamos a sospechar que algo raro había con nuestra cuenta.

Un poco más tarde, cuando salí de la oficina, intenté sacar dinero con mi tarjeta y el cajero me dio exactamente el mismo error, por lo que llamé al 01 800 50 100 00 para preguntar qué rediantres estaba sucediendo y primero me dijeron que no había ningún problema ni con nuestras tarjetas ni con nuestra cuenta, que todo estaba en orden. Le dije a quien me atendió que verificara bien, pues el cajero no nos dejaba sacar dinero y tampoco se podía pagar en el súper y después de consultarlo con su supervisor, resultó que «la sucursal en la que aperturaron (sic) su cuenta bloqueó temporalmente el acceso a ésta». Al inquirir sobre la razón me dijeron que no podían saberlo y que tendría que ir a la sucursal al siguiente día.

¡Diantres! En esa cuenta tenemos nuestro capital. ¿Qué tal si hubiera habido una emergencia por la noche? Íbamos a quedarnos «chiflando en la loma», claro está, porque no podíamos disponer de nuestro dinero. En fin, hoy por la mañana en cuanto abrieron el banco fui a ver qué sucedía y llegué directamente con la ejecutiva de cuenta quien (por suerte o por desgracia, ahora lo explico) es mi amiga y me dijo que al momento averiguaba de qué se trataba. En su sistema no le aparecía nada, me pidió que intentara retirar de ventanilla y tampoco se pudo. A la cajera de ventanilla finalmente le apareció el esperado mensaje de error, que era algo así como «Documentación incompleta. Clave 15.» o una cosa de esas. Investigó mi amiga y después de hacer unas 4 llamadas a la central en la Ciudad de México, por fin averiguó que «a algunas cuentas les faltaba información de cuanto las aperturaron (sic) y por eso se estaban bloqueando, para que el cliente fuera a la sucursal a actualizar dicha información».

¡Habrase visto semejante pendejada! Creo que primero se deberían agotar todos los medios: llamarle al cliente por teléfono o ponerle un mensaje en la página web (que utilizo el banco electrónico casi todos los días) o enviar un correo tradicional al domicilio o poner un mensaje en el estado de cuenta que llega cada mes… ¡qué sé yo! ¿Pero bloquear así, a la mala, la cuenta sin posibilidad de utilizarla? ¡Qué cosas!. Como ya llevaba algo de tiempo en la sucursal, me dijo Alma que me regresara a la oficina y que me llamaría para decirme qué documentos supuestamente faltaban (que conste que la cuenta se abrió hace ya bastante tiempo y la hemos usado constantemente) y cómo lo íbamos a arreglar.

Cuando nos volvimos a comunicar, me dijo que «era un error de la sucursal» y que el problema se iba a arreglar «en el transcurso del día, o probablemente hasta mañana por la mañana». Claro está, como es mi amiga no le puedo gritar ni reclamar amargamente. Sólo me quedó decirle «gracias» y rumiar mi coraje. ¿Qué tal si no tuviera ni dinero para comer, porque todo estuviera ahí? Creo que es inaceptable que suceda esta clase de cosas.

A partir de ahora deberé guardar, tal y como los abuelitos, algo de efectivo abajo del colchón, ya qué. 😡