Un día no tan común ni tan corriente (juguetito nuevo :D)

Aún no se ha podido arreglar el problema con el banco pero de todas maneras vimos la manera de ir la Ciudad de México «de entrada por salida» a recoger mi premio de la MacroTrivia. Teníamos que regresar antes de la dos de la tarde porque Ariel tenía clase a esa hora y yo no me podía ausentar mucho de la oficina.

Con el ánimo de «ahorrar» (hasta que se resuelva lo del maldito banco) decidimos irnos por la carretera libre hacia el Detritus Fecalis pues no conocíamos la carretera y aunque teníamos algo de prisa, pensamos que sí nos daría tiempo de estar de regreso a la hora deseada. Debo decir que, exceptuando por los camiones y los vehículos lentejos, la carretera no está tan mal. Si acaso hay algunas curvas medias latosas pero creo que en general para viajar en un día sin prisas no tiene mayor problema. Claro está, si el factor tiempo es importante debes tomar la autopista, pues el viaje que dura casi siempre alrededor de 40 minutos se transformó en poquito más de una hora por la libre. Llegamos a la «gran ciudá» y gracias a nuestra adoradísima Guía Roji no tuvimos mayores problemas para dar con las (ciertamente escondidas) oficinas de Net MX (empresa que le hace outsourcing a Cinemex) que es en donde se entregan los premios.

Después de presentarme, mostar mi identificación y firmar un papel en donde hacía constar que no había hecho trampa ni bla bla bla, me dieron mi flamante premio: la gran caja del combo «quemador» de DVD y VHS. Estaba más pesada de lo que pensé. Alegres, emprendimos el regreso a Cuernabaches, Morelhoyos esta vez tomando una ruta alterna más rápida (nos fuimos por todo Insurgentes, nos regresamos por Tlalpan) y tras pasar a comernos unas hamburguesas a Burger King decidimos que ya habíamos tenido suficiente de la «carretera libre» y regresamos por la de cuota. Total, $85 pesos más no iban a causar gran detrimento en nuestra (de por sí deteriorada) economía familiar.

Llegamos a la Universidad casi media hora antes de la clase de Ariel, por lo que lo estuve acompañando y conocí un poco más del ambiente académico en donde se desenvuelve cotidianamente. Manejé de regreso a casa, dejé el preciado regalo y corrí a la oficina a realizar el trabajo del día el cual (yo todo eficaz) terminé antes de las seis de la tarde, por lo que regresé corriendo a casa. Ariel (de regreso para ese entonces) ya había desempacado el juguetito y lo había probado. Lo que hemos podido ver hasta ahora ¡es genial!. Tiene realmente lo que necesitamos y hasta un poco más. Creo que al final de cuentas fue un buen premio y yo que renegaba tanto.

Después de desperezarnos decidimos ir al gym y tratamos de apurarnos con nuestra rutina pues Enrique, un amigo a quien no veo desde hace unos 12 años había venido a Cuernavaca pero al final de cuentas no fue posible vernos. ¡Mala pata!. Dice que de todas maneras regresará el sábado, a ver si entonces nos podemos reunir.

Regresamos a casa y el aparatito que habíamos dejado programado nos mostró sus primer retoño: grabó para nosotros el primer episodio de la segunda temporada de Desperate Housewives el cual justo terminamos de ver (¡y qué bien se siente poder adelantar los anuncios comerciales!).

El día de hoy no fue extraordinario, pero tampoco fue común ni corriente. Dejo las primeras fotos del juguetito nuevo. Cuando tenga tiempo y lo haya usado más, escribiré una reseña sobre el mismo.