Coincidencias

Estaba recordando sobre las cosas que no escribí durante este mes por una u otra razón. Una de ellas fue la granizada pero además también me andaba rondando en la cabeza algo muy peculiar, hasta chistoso diría yo, que sucedió casi a principios de mes.

Mi hermano Donald nació el 11 de marzo de 1980. El hermano de Ariel, Paco, también nació el 11 de marzo de 1980. Por supuesto, fue hace muchos años que nos percatamos de tal coincidencia pero por si eso fuera poco, este año mis papás nos invitaron a comer a la casa para celebrar el cumple de mi hermano. Comimos (mejor dicho, nos atascamos) y por la tarde mis papás habían llevado un pastel. No era mi favorito, pues era de moka de la Pastelería Vivaldi; la cual tampoco es mi favorita, mucho menos de mis papás pero por alguna extraña razón lo compraron ahí. Nos comimos el pastel y todo transcurrió con normalidad.

Al otro día, los papás de Ariel nos invitaron para la celebración del cumpleaños de Paco (sí, el que nació el mismo día del mismo mes del mismo año que mi hermano) y cuando llegamos al pastel… ¡era un pastel de moka de Vivaldi! Puede ser una estupidez, pero sí me sentí por unos segundos en la dimensión desconocida, pues ellos tampoco acostumbran a comprar esos pasteles y fue una decisión extraordinaria la que tomaron.

Ya sé, es sólo una coincidencia, pero, ¿cuántas de éstas suceden en el mundo a cada momento? Creo que si nos pusiéramos a observarlas paulatinamente perderíamos la capacidad de asombro. Lo bueno es que yo aún no lo he hecho y me siguen sorprendiendo estos pequeños e insignificantes detalles 🙂

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